miércoles, 2 de marzo de 2016

Ingredientes Tóxicos en cosméticos I

Disponemos de tanta información y consejos a compartir y son tantos los ingredientes a evitar que nos vemos en la obligación de ir publicándolo en 6 entregas o como nos gusta llamarlo: en 6 dosis. 

Esperamos sean de vuestro interés y podáis difundirlo por el bien de la comunidad. 

Saludéa en tu entorno para conseguir una sociedad ética y más saludable. 


Los cosméticos nos han acompañado desde los orígenes. Curiosamente en los inicios tenían un sentido sagrado, eran un regalo de los dioses a los hombres y llevar maquillaje era un símbolo de la unión entre ambos.

A lo largo de la historia de la humanidad, la elaboración de jabones y de otros productos de cosmética y limpieza siempre ha sido "natural" y artesana.

Los elementos mayoritarios (agua y grasas) procedían del entorno más cercano, utilizándose exclusivamente aceites vegetales procedentes de semillas, flores u hojas de plantas locales y/o aceites y mantecas. 

Hasta principios del siglo XX muchas familias de los pueblos situados por toda la cuenca del Mediterráneo vivían de la fabricación de las piedras de sosa y de jabón que se exportaba por todo el resto de Europa. Se usaban las cenizas y las plantas con capacidad jabonosas para la limpieza. 
Se conocían y aplicaban las propiedades de productos como la leche, la miel o las arcillas. 

De este modo la producción de elementos de uso cotidiano, como los cosméticos y jabones, siempre ha sido sostenible en el tiempo. Las materias primas se obtenían de la simbiosis de hombre y la naturaleza y el proceso de producción y extracción de materias primas no dañaba el medio ambiente.

Sin embargo vivimos en un mundo cambiante, en el que los estilos de vida actuales son absolutamente distintos a los de apenas unas pocas generaciones. Si bien en muchos sentidos hemos evolucionado, en otros habría que plantearse si nos movemos en la dirección correcta.

Desde los años 50-60, el uso de estos ingredientes vegetales vieron sustituidos, en la cosmética industrial, por aceites minerales derivados del petróleo. Como ya sabéis, estos aceites son un subproducto del refinado del petróleo. En el etiquetado lo podréis identificar por nombres como : Parafinum, Vaselina, Silicona, Petrolatum. Son productos mucho más baratos y, en muchos casos, son el componente principal de aceites de baño, bálsamos labiales y todo tipo de cremas, desde las más caras a las más baratas.

En el siguiente esquema se explica el proceso de la destilación del petróleo y queremos que os fijéis bien en la proximidad que hay entre el alquitrán, lubricantes para motores y la cosmética convencional.




¿Pensáis que algo que se utiliza para líquido de coches, pinturas, anticongelantes, etc, puede ser bueno para la piel?

Creo que la respuesta es evidente.

Nosotros nos preguntamos ¿Por qué ponernos “chapapote” en nuestros labios o en la piel de nuestro cuerpo?

La respuesta es sencilla, el dinero.

El beneficio económico es lo único que parece interesar a las grandes compañías, importándoles poco nuestra salud. No es que lo digamos nosotros, es que es lo que se palpa a diario cuando leemos el listado de ingredientes de la mayoría de cosméticos y la publicidad, muchas veces engañosa de dichas marcas.

Sí, los españoles a menudo compramos muchas mentiras.

Aprovechamos para difundir un libro de José Manuel López Nicolás, científico comprometido en dar a conocer la verdadera realidad que esconde la publicidad tanto en cosméticos como en alimentos.





La mayor parte de cremas y aceites están elaborados con estos compuestos derivados del petroleo y lo único que hacen es crear una capa plástica que hace que la piel parezca hidratada y saludable, pero realmente obstruye los poros evitando procesos naturales como son la sudoración y eliminación de toxinas, dando lugar a problemas de piel tal como el acné, dermatitis o milliums tal y como os mostramos en la figura.

Estas compañías se basan en hacernos creer de una forma rápida que sus productos funcionan para que así no asociemos nuestros futuros problemas de piel a sus productos, probando unos y otros, consumir por consumir dañando nuestra piel a medio y largo plazo, a veces incluso a corto plazo en caso de reacciones alérgicas. Os aseguro que cuando nuestros clientes prueban cosmética elaborada con productos vegetales de la mejor calidad, dejan de consumir los productos convencionales porque experimentan como su piel lo agradece, pero no solo a largo plazo (como nos quieren hacer ver), sino desde el primer momento.

Nosotros como consumidores finales tenemos mucho que decidir.

Nuestra piel debería ser tratada con gran cuidado y delicadeza pues, además de presentar un buen o mal aspecto, se encarga de dos importantes funciones: la de proteger y la de regular el metabolismo, impidiendo la salida de sustancias imprescindibles de nuestro organismo, regulando la temperatura y transformado parte de los rayos de sol en vitamina D para el buen estado de los huesos.

Relacionado : La piel y sus tipos
transpiración de la piel

Continuamos en la siguiente entrega: Ingredientes Tóxicos en Cosméticos II

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